Las semillas que cayeron entre espinos representan a los que oyen el mensaje, pero no dejan que el mensaje cambie sus vidas, pues viven preocupados por tener más dinero y por divertirse.
Al contrario, Dios nos aprobó y nos encargó anunciar la buena noticia, y eso es lo que hacemos. No tratamos de agradar a nadie sino sólo a Dios, pues él examina todo lo que sentimos y pensamos.
Demas ama tanto las cosas de este mundo que me ha abandonado y se ha ido a la ciudad de Tesalónica. Crescente se fue a la región de Galacia, y Tito a la de Dalmacia.
Además, los que han conocido a nuestro Señor y Salvador Jesucristo, ya no siguen el ejemplo de los pecadores de este mundo. Pero si permiten que los vuelvan a engañar con esas cosas, y se dejan controlar por el pecado, quedan peor que antes.