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Referencias Cruzadas

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2 Tesalonicenses 3:2

Biblia Lenguaje Sencillo (Nuevo Testamento)

Pídanle también a Dios que nos proteja de la gente malvada, porque no todos quieren confiar en Jesucristo.

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18 Referencias Cruzadas  

Jesús contestó: --Ustedes están confundidos y no confían en Dios. ¿Acaso no pueden hacer nada sin mí? ¿Cuándo van a aprender? ¡Tráiganme aquí al muchacho!

'¡Qué mal les va a ir a ustedes, maestros de la Ley y fariseos! ¡Hipócritas! Se preocupan por dar como ofrenda la décima parte de la menta, del anís y del comino que cosechan en sus terrenos. Pero no obedecen las enseñanzas más importantes de la ley: ser justos con los demás, tratarlos con amor y obedecer a Dios en todo. Hay que hacer esas tres cosas, sin dejar de obedecer los demás mandamientos.

¡Claro que no, sino que les responderá de inmediato! Pero cuando yo, el Hijo del hombre, regrese a este mundo, ¿acaso encontraré gente que confíe en Dios?' El hombre orgulloso y el hombre humilde

Pero cuando los judíos vieron reunida a tanta gente, tuvieron envidia. Entonces comenzaron a decir que Pablo estaba equivocado en todo lo que decía, y también lo insultaron.

Pero los judíos hablaron con las mujeres más respetadas y religiosas de la ciudad, y también con los hombres más importantes, y los convencieron de perseguir a Pablo y a Bernabé para echarlos fuera de esa región.

Pero los judíos que no creyeron en Jesús hicieron que se enojaran los que no eran judíos. Los pusieron en contra de los seguidores de Jesús.

Pero los demás judíos tuvieron envidia. Buscaron a unos vagos que andaban por allí, y les pidieron que alborotaran al pueblo en contra de Pablo y Silas. Esos malvados reunieron a muchos más, y fueron a la casa de Jasón a sacar de allí a Pablo y a Silas, para que el pueblo los maltratara.

Porque no tendría sentido enviar a un preso sin decir de qué se le acusa.

Algunos aceptaron lo que Pablo decía, pero otros no.

Sin embargo, no todos han aceptado estas buenas noticias. Como dijo el profeta Isaías: 'Señor, ¿quién ha creído a nuestro mensaje?'

Pídanle que en la región de Judea me proteja de los que no creen en él, y que el dinero que llevo a los hermanos de Jerusalén sea bien recibido.

En Éfeso luché con hombres que parecían fieras salvajes. Pero si es verdad que los muertos no vuelven a vivir, entonces ¿qué gané con eso? Mejor hagamos lo que algunos dicen: 'Comamos y bebamos, pues mañana moriremos'.

Intentamos visitarlos, y en más de una ocasión yo mismo traté de ir, pero Satanás nos lo impidió.

Pero el Señor Jesucristo sí me ayudó, y me dio valor para anunciar su mensaje a gente de otros países. Así Dios me salvó de la muerte, como si me hubiera rescatado de la boca de un león hambriento.




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