Porque yo, el Hijo del hombre, vendré pronto con el poder de Dios y con mis ángeles, para darles su premio a los que hicieron el bien y para castigar a los que hicieron el mal.
Pero cuando el Señor regrese, vendrá como cuando un ladrón entra en una casa a robar. En ese día, los cielos desaparecerán en medio de un ruido espantoso, las estrellas serán destruidas por el fuego, y la tierra y todo lo que hay en ella desaparecerá.
y les preguntarán: '¿Qué pasó con la promesa de que Jesucristo regresaría? Ya murieron nuestros padres, y todo sigue igual que cuando el mundo fue creado'.
Pero, con ese mismo poder, Dios ha dado la orden de que en el momento indicado, los cielos y la tierra que ahora existen sean destruidos con fuego. Serán quemados cuando llegue el día en que Dios juzgue a todos y destruya a los que hacen el mal.