Estos hombres no entienden nada, lo hacen todo por capricho, discuten acerca de lo que no entienden, y como los animales, nacen para que los atrapen y los maten.
Además, nos ha dado todas las cosas importantes y valiosas que nos prometió. Por medio de ellas, ustedes podrán ser como Dios y no como la gente pecadora de este mundo, porque los malos deseos de esa gente destruyen a los demás.
Les prometen que serán libres para hacer lo que quieran, pero ellos mismos no pueden dejar de hacer el mal. ¡Ese mismo mal acabará por destruirlos! Pues el que no puede dejar de pecar es esclavo del pecado.
Sin embargo, esta gente insulta hasta lo que no conoce. Se comportan como los animales, que conocen las cosas pero no las entienden, y por eso terminan destruyéndose a sí mismos.