Entonces yo, el Rey, les diré a los buenos: '¡Mi Padre los ha bendecido! ¡Vengan, participen del reino que mi Padre preparó desde antes de la creación del mundo!
Dios es muy bueno, y tiene mucha paciencia y soporta todo lo malo que hacen. Pero no vayan a pensar que lo que hacen no tiene importancia. Dios los trata con bondad, para que se arrepientan de su maldad.
Bien sabemos que en este mundo vivimos como en una tienda de campaña que un día será destruida. Pero en el cielo tenemos una casa permanente, construida por Dios y no por humanos.
Adviérteles a los ricos de este mundo que no sean orgullosos ni confíen en sus riquezas, porque es muy fácil perder todo lo que se tiene. Al contrario, diles que confíen en Dios, pues él es bueno y nos da todo lo que necesitamos para que lo disfrutemos.
Yo sé que Dios siempre me protegerá de todo mal y me cuidará, hasta que me lleve a su reino celestial. ¡Él merece que lo alabemos por siempre! Amén. Despedida
Sé que Dios es un juez justo y que, cuando juzgue a todos, me dará una corona como premio a mi obediencia. Y no sólo a mí me la dará, sino también a todos los que realmente desean que él venga y con ansias esperan su regreso. Instrucciones personales
Yo, Simón Pedro, estoy al servicio de Jesucristo, quien me envió a anunciar su mensaje. Reciban mis saludos. Jesucristo, nuestro Dios y Salvador, ha sido justo y bueno con todos ustedes, pues los hizo confiar en él, como nos hizo confiar a nosotros.
Además, los que han conocido a nuestro Señor y Salvador Jesucristo, ya no siguen el ejemplo de los pecadores de este mundo. Pero si permiten que los vuelvan a engañar con esas cosas, y se dejan controlar por el pecado, quedan peor que antes.
Al contrario, dejen que el amor y el conocimiento que nos da nuestro Señor y Salvador Jesucristo los ayude a ser cada vez mejores cristianos.
¡Alabemos a Jesucristo ahora y siempre! Amén.