Hay tres cosas que son permanentes: la confianza en Dios, la seguridad de que él cumplirá sus promesas, y el amor. De estas tres cosas, la más importante es el amor.
Dios da la semilla que se siembra y el pan que nos alimenta, y también les dará a ustedes todo lo necesario y hará que cada vez tengan más y más, para que puedan ayudar a otros.