Cuando una parte del cuerpo sufre, también sufren todas las demás. Cuando se le da importancia a una parte del cuerpo, las partes restantes se ponen contentas.
lo que ahora no entienden bien. Así, cuando el Señor Jesucristo vuelva, ustedes podrán estar orgullosos de nosotros, como nosotros lo estamos de ustedes.
La carta que les escribí los entristeció, pero no lamento haberla escrito. Lo lamenté al principio, pues supe que por un tiempo esa carta los llenó de tristeza.