Por eso quiero que las viudas jóvenes se vuelvan a casar, y tengan hijos y se ocupen de cuidar a su familia. Así, los que no creen en Jesucristo no podrán criticarnos.
Voy a continuar como hasta ahora, sin recibir dinero de ustedes. Así esos falsos profetas no podrán sentirse importantes. Andan engañando a la gente diciendo que son apóstoles de Cristo y que sirven a Dios igual que nosotros.
Esa gente prohíbe casarse y comer ciertos alimentos. Pero Dios creó todos los alimentos para que nosotros los comamos y le demos las gracias por ellos. Los creó para todos los que confiamos en él y conocemos la verdad.
No pongas en esa lista a las viudas de menos edad, porque más tarde quieren volver a casarse y se oponen a Cristo, dejando de cumplir su promesa de no casarse para trabajar en la iglesia. ¡Y Dios tendrá que castigarlas!
También deben enseñarles a pensar bien lo que van a hacer y a ser dueñas de sí mismas, a atender bien a su familia y sujetarse a su esposo. Así nadie podrá hablar mal del mensaje de Dios.
Di siempre lo bueno, y así nadie podrá criticarte. Si haces lo que te digo, los que están en contra nuestra sentirán vergüenza y no podrán hablar mal de nosotros.
Todos deben considerar el matrimonio como algo muy valioso. El esposo y la esposa deben ser fieles el uno al otro, porque Dios castigará a los que tengan relaciones sexuales prohibidas y sean infieles en el matrimonio.