Entonces yo, el Rey, les diré a los buenos: '¡Mi Padre los ha bendecido! ¡Vengan, participen del reino que mi Padre preparó desde antes de la creación del mundo!
En vez de adorar al único y poderoso Dios que vive para siempre, adoran a ídolos que ellos mismos se han hecho: ídolos con forma de seres humanos, mortales al fin y al cabo, o con forma de pájaros, de animales de cuatro patas y de serpientes.
A los que hayan hecho el bien, Dios les dará un lugar muy especial, y también honor y paz; en primer lugar, a los judíos, pero también a los que no son judíos.
a los que hicieron lo bueno, con la esperanza de recibir de parte de Dios reconocimiento, honor y vida eterna, Dios los dejará vivir para siempre con él.
Moisés confió en Dios y, por eso, salió de Egipto sin tenerle miedo al rey. No se rindió nunca, y actuó como si estuviera viendo a Dios, que es invisible.
Al contrario, dejen que el amor y el conocimiento que nos da nuestro Señor y Salvador Jesucristo los ayude a ser cada vez mejores cristianos.
¡Alabemos a Jesucristo ahora y siempre! Amén.
Por eso, alaben a Dios nuestro Salvador y reconozcan su grandeza, poder y autoridad, pues él nos envió a nuestro Señor Jesucristo. Alabémosle por todo esto ahora y siempre. Amén.
y con ellas cantaban el canto de Moisés, dedicado al Cordero. Decían:
'Señor, Dios todopoderoso,
todo lo que tú haces
es grande y maravilloso.
Tú eres el Rey del mundo,
todo lo que haces
es correcto y justo.
Después, el monstruo y los diez reyes pelearán contra el Cordero, pero él y sus seguidores los vencerán. El Cordero vencerá porque es el más grande de todos los señores y el más poderoso de todos los reyes. Con él estarán sus seguidores. Dios los ha llamado y elegido porque siempre lo obedecen'.
Después de esto me pareció escuchar en el cielo las fuertes voces de muchísimas personas, que gritaban:
'¡Que todos alaben al Señor!
Nuestro Dios es poderoso,
y nos ha salvado.
Por eso le pertenecen
el poder y la gloria,
Entonces me pareció oír las voces de mucha gente. Era como el sonido de cataratas y de fuertes truenos, y decían:
'¡Que todos alaben a Dios,
el Señor todopoderoso,
porque él ha comenzado a reinar!
diciendo:
'¡Alabemos a nuestro Dios!
¡Así sea!
Admiremos su fama y sabiduría,
su poder y fortaleza.
Demos a nuestro Dios,
gracias y honor por siempre.
¡Así sea!'