Pero debe ser alguien a quien no se le pueda acusar de nada malo. Debe tener una sola esposa, controlar todos sus deseos y pensar dos veces lo que va a hacer. Debe comportarse correctamente, recibir con gusto a los viajeros en su hogar y saber enseñar.
Al contrario, con gusto deben recibir en su casa a quienes los visiten, y hacer siempre lo bueno. Deben pensar bien las cosas antes de hacerlas, y ser justos, santos y disciplinados en todo.