Si no tengo amor, de nada me sirve hablar todos los idiomas del mundo, y hasta el idioma de los ángeles. Si no tengo amor, soy como un pedazo de metal ruidoso; ¡soy como una campana desafinada!
Hermanos míos, en todo momento tenemos que dar gracias a Dios por ustedes. Y así debe ser, pues ustedes confían cada vez más en Dios y se aman más y más los unos a los otros.
Sobre todo, queridos hermanos, no juren ni por el cielo, ni por la tierra, ni por ninguna otra cosa. Cumplan más bien con su palabra. Cuando digan “sí”, que sea “sí”; y cuando digan “no”, que sea “no”. ¡No vaya a castigarlos Dios por no cumplir con su p
Ahora ustedes obedecen el verdadero mensaje de Dios, y por eso Dios los ha limpiado de todo pecado: para que se amen unos a otros sinceramente, como hermanos. Así que, ámense mucho unos a otros, con todo su corazón y con todas sus fuerzas.
Amado hermano, le ruego a Dios que te encuentres muy bien, y también le pido que te vaya bien en todo lo que hagas, y que tengas buena salud. La buena conducta de Gayo