Si alguien los insulta por confiar en Cristo, consideren ese insulto como una bendición de Dios. Eso significa que el maravilloso Espíritu de Dios está siempre con ustedes.
De la misma manera, su conducta debe ser como una luz que ilumine y muestre cómo se obedece a Dios. Hagan buenas acciones. Así las verán los demás y alabarán a Dios, el Padre de ustedes que está en el cielo. La ley y los profetas
'Dios los bendecirá a ustedes cuando la gente los odie o los insulte, o cuando sean rechazados y nadie quiera convivir con ustedes. La gente los tratará así sólo porque me obedecen a mí, el Hijo del hombre.
Pero cuando los judíos vieron reunida a tanta gente, tuvieron envidia. Entonces comenzaron a decir que Pablo estaba equivocado en todo lo que decía, y también lo insultaron.
Pero los judíos se pusieron en contra de Pablo y lo insultaron. Entonces Pablo se sacudió el polvo de su ropa en señal de rechazo, y les dijo: 'Si Dios los castiga, la culpa será de ustedes y no mía. De ahora en adelante les hablaré a los que no son judíos'.
Sin embargo, sí queremos que nos digas lo que tú piensas, porque hemos sabido que en todas partes se habla en contra de este nuevo grupo al que tú perteneces.
Me alegro de ser débil, de ser insultado y perseguido, y de tener necesidades y dificultades por ser fiel a Cristo. Pues lo que me hace fuerte es reconocer que soy débil. Pablo se preocupa por los hermanos
A donde quiera que vamos, todos pueden ver que sufrimos lo mismo que Cristo, y que por obedecerlo estamos siempre en peligro de muerte. Pero también pueden ver, en nosotros, que Jesús tiene poder para dar vida a los muertos.
En vez de disfrutar de las riquezas de Egipto, Moisés decidió que sería mejor sufrir como también iba a sufrir el Mesías. Él sabía que Dios le daría un buen premio.
Al que soporta las dificultades Dios lo *bendice. Porque cuando las supera, Dios le da el premio y el honor más grande que puede recibir: la vida eterna que ha prometido a quienes lo aman.
Pórtense bien cuando estén con gente que no cree en Dios. Así, aunque ahora hablen mal de ustedes, como si fueran unos malvados, esa gente verá el bien que ustedes hacen y alabarán a Dios el día en que él les pida cuentas a todos. El respeto a las autoridades
Pero háganlo con amabilidad y respeto. Pórtense bien, como buenos seguidores de Cristo, para que no se sientan culpables de nada. Así, los que hablan mal de la buena conducta de ustedes sentirán vergüenza de lo que dicen.
Mucha gente vivirá como esos falsos maestros, haciendo todo lo malo que se les antoje. Por culpa de ellos la gente hablará mal de los cristianos y su modo de vivir.