Esta vida eterna la reciben cuando creen en ti y en mí; en ti, porque eres el único Dios verdadero, y en mí, porque soy el Mesías que tú enviaste al mundo.
Cuando Dios creó el mundo, dijo: 'Que brille la luz donde ahora hay oscuridad'. Y cuando nos permitió entender la buena noticia, también iluminó nuestro entendimiento, para que por medio de Cristo conociéramos su grandeza.
Pero ahora conocen a Dios. Mejor dicho, Dios los conoce a ustedes. Por eso no puedo entender por qué se dejan dominar de nuevo por esos dioses falsos. ¡Si no tienen poder, ni valen nada!
En cambio, el Espíritu de Dios nos hace amar a los demás, estar siempre alegres y vivir en paz con todos. Nos hace ser pacientes y amables, y tratar bien a los demás, tener confianza en Dios,
Porque el Espíritu de Dios no nos hace cobardes. Al contrario, nos da poder para amar a los demás y nos fortalece para que podamos vivir una buena vida cristiana.
Ahora ustedes obedecen el verdadero mensaje de Dios, y por eso Dios los ha limpiado de todo pecado: para que se amen unos a otros sinceramente, como hermanos. Así que, ámense mucho unos a otros, con todo su corazón y con todas sus fuerzas.
Como ustedes saben, Jesucristo hace todo lo que le agrada a Dios. Por eso también deben saber que todo el que hace lo que a Dios le agrada, es hijo de Dios.
Hermanos en Cristo, no les estoy dando un mandamiento nuevo. En realidad, es el mismo mandamiento que Dios les dio desde el principio. Es un mandamiento muy antiguo, y ustedes ya lo conocen.
Si decimos que amamos a Dios, y al mismo tiempo nos odiamos unos a otros, somos unos mentirosos. Porque si no amamos al hermano a quien podemos ver, mucho menos podemos amar a Dios, a quien no podemos ver.