Yo a ustedes los quiero como a hijos. Por eso les escribo esta carta para que no pequen. Pero si alguno peca, Jesucristo es justo y nos defiende ante Dios Padre.
Luego Jesús le dijo a la gente que estaba con él: 'Mi Padre me ha entregado todo, y nadie me conoce mejor que él. Y yo, que soy su Hijo, conozco mejor que nadie a Dios, mi Padre; y elijo a las personas que lo conocerán como yo'.
'Mis amados amigos, dentro de poco ya no estaré más con ustedes. Me buscarán, pero no me encontrarán. Les digo a ustedes lo mismo que les dije a los jefes judíos: No pueden ir a donde yo voy.
Yo puedo probarles que de verdad mi Padre me ha enviado. Así lo prueba todo lo que hago, y ni siquiera Juan puede ser mejor testigo. Porque yo hago las cosas que mi Padre me envió a hacer.
No se preocupen tanto por la comida que se acaba, sino por la comida que dura y que da vida eterna. Esa es la comida que yo, el Hijo del hombre, les daré, porque Dios mi Padre les ha mostrado que yo tengo autoridad.
Ella le respondió:
--Así es, Señor. Nadie me ha condenado
Jesús le dijo:
--Tampoco yo te condeno. Puedes irte, pero no vuelvas a pecar. Jesús es la luz
Si cuando todavía éramos sus enemigos, Dios hizo las paces con nosotros por medio de la muerte de su Hijo, con mayor razón nos salvará ahora que su Hijo vive y nosotros estamos en paz con Dios.
Alguien podría decir que como ya no somos esclavos de la ley, sino que estamos al servicio del amor de Dios, podemos seguir pecando. Pero eso no es posible.
¿Puede alguien castigarlos? ¡De ninguna manera, pues Jesucristo murió por ellos! Es más, Jesucristo resucitó, y ahora está a la derecha de Dios, rogando por nosotros.
Porque Cristo no entró en el santuario hecho por seres humanos, que era sólo una copia del santuario verdadero. Cristo entró en el cielo mismo, y allí se presenta ante Dios para pedirle que nos perdone.
Con nuestra lengua podemos *bendecir o maldecir. Con ella alabamos a nuestro Dios y Padre, y también insultamos a nuestros semejantes, que Dios hizo parecidos a él mismo. Hermanos, ¡esto no debe ser así!
Porque Cristo murió una vez y para siempre para perdonarnos nuestros pecados. Él era bueno e inocente, y sufrió por los pecadores, para que ustedes pudieran ser amigos de Dios. Los que mataron a Cristo destruyeron su cuerpo, pero él resucitó para vivir como espíritu.