A los demás les aconsejo lo siguiente: Si alguno de la iglesia está casado con una mujer que no es cristiana, pero ella quiere seguir viviendo con él, no deben separarse.
Del mismo modo, si una mujer de la iglesia está casada con un hombre que no es cristiano, pero él quiere seguir viviendo con ella, tampoco deben separarse.
Para las viudas y las solteras, no tengo ninguna orden del Señor. Sólo les doy mi opinión, y pueden confiar en mí gracias al amor con que Dios me ha tratado.