Me hicieron sentir muy bien, lo mismo que a ustedes. A personas como ellos, préstenles mucha atención. Saludo y despedida
Entonces podré visitarlos lleno de alegría, y disfrutar de un tiempo de descanso con ustedes, si es que Dios así lo permite.
Esto nos hace sentirnos mejor. Tito está muy contento, pues ustedes lo ayudaron a seguir adelante. Eso nos alegró más todavía.
Por eso mismo lo estoy enviando a ustedes, para que les dé ánimo y les diga cómo estamos.
Hermanos, les rogamos que respeten a los líderes de la iglesia. Ellos se esfuerzan mucho para enseñarles a vivir su vida cristiana.
Hermano Filemón, hazme este favor, pero no lo hagas por mí sino por tu amor al Señor. Tú y yo somos hermanos: ¡dame esa tranquilidad!
Hermano Filemón, estoy muy contento y animado de saber que amas mucho a los demás, pues tú has consolado y animado a todos los que pertenecen al pueblo de Dios.
Piensen en los líderes que les anunciaron el mensaje de Dios, pues ellos vivieron confiando en Dios. Piensen mucho en ellos y sigan su ejemplo.
Nada me alegra más que saber que mis hijos obedecen siempre a la verdad que Dios nos ha enseñado.