Más tarde se apareció a Santiago, y luego a todos los apóstoles.
En ese mismo momento, regresaron a Jerusalén. Allí encontraron reunidos a los once apóstoles junto con los otros miembros del grupo.
Los dos todavía estaban contando su historia cuando Jesús se presentó en medio de todos y los saludó: '¡Reciban la paz de Dios!'
Jesús fue con sus discípulos hasta Betania. Allí, levantó sus manos y los bendijo.
Pedro les hizo señas para que se callaran, y empezó a contarles cómo Dios lo había sacado de la cárcel. También les dijo: 'Vayan y cuenten esto a Jacobo y a los demás seguidores de Jesús'. Luego se despidió de todos, y se fue a otro pueblo.