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Referencias Cruzadas

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1 Corintios 14:3

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42 Referencias Cruzadas  

De este modo, y de otras maneras, Juan anunciaba las buenas noticias a la gente.

Alguien leyó un pasaje de la Biblia y, al terminar, los jefes de la sinagoga mandaron a decir a Pablo y a los demás: 'Amigos israelitas, si tienen algún mensaje para darle ánimo a la gente, pasen a decírnoslo'.

Allí visitaron a los que habían creído en Jesús, y les recomendaron que siguieran confiando en él. También les dijeron: 'Debemos sufrir mucho antes de entrar en el reino de Dios'.

Además, como Judas y Silas eran profetas, hablaron con los seguidores de Jesús. Los tranquilizaron y los animaron mucho.

Esto también lo hizo un hombre de la tribu de Leví, que había nacido en la isla de Chipre. Se llamaba José, pero los apóstoles le decían Bernabé, que significa 'El que consuela a otros'.

Los miembros de la iglesia en las regiones de Judea, Galilea y Samaria, vivían sin miedo de ser maltratados. Seguían adorando al Señor y cada día confiaban más en él. Con la ayuda del Espíritu Santo, cada vez se unían más y más personas al grupo de seguidores del Señor. Pedro sana a Eneas

Si nos pide animar a los demás, debemos animarlos. Si de compartir nuestros bienes se trata, no seamos tacaños. Si debemos dirigir a los demás, pongamos todo nuestro empeño. Y si nos toca ayudar a los necesitados, hagámoslo con alegría. Cómo vivir la vida cristiana

Por lo tanto, vivamos en paz unos con otros, y ayudémonos a crecer más en la nueva vida que Cristo nos ha dado.

Todos debemos apoyar a los demás, y buscar su bien. Así los ayudaremos a confiar más en Dios.

Algunos de ustedes dicen: 'Soy libre de hacer lo que quiera'. ¡Claro que sí! Pero no todo lo que uno quiere conviene, ni todo fortalece la vida cristiana.

Por eso, ya que desean las capacidades que da el Espíritu, traten de tener aquellas que ayuden a todos los de la iglesia.

Tu oración podrá ser muy buena, pero no estarás ayudando a nadie.

Hermanos míos, cuando se reúnan, todo lo que hagan debe ayudar a los demás. Unos pueden cantar, otros pueden enseñar o comunicar lo que Dios les haya mostrado, otros pueden hablar en idiomas desconocidos, o traducir lo que se dice en esos idiomas.

Así todos tendrán la oportunidad de anunciar un mensaje de Dios, y todos los que escuchan podrán aprender y sentirse animados.

Ahora quiero responder a lo que me preguntaron acerca de los alimentos ofrecidos a los ídolos. Todos nosotros sabemos algo acerca de esto. Sin embargo, debemos reconocer que el conocimiento nos vuelve orgullosos, mientras que el amor fortalece nuestra vida cristiana.

Cuando tenemos dificultades, o cuando sufrimos, Dios nos ayuda para que podamos ayudar a los que sufren o tienen problemas.

Ahora deben perdonarlo y ayudarlo a sentirse bien, para que no vaya a enfermarse de tanta tristeza y remordimiento.

No digan malas palabras. Al contrario, digan siempre cosas buenas, que ayuden a los demás a crecer espiritualmente, pues eso es muy necesario.

Por eso mismo lo estoy enviando a ustedes, para que les dé ánimo y les diga cómo estamos.

Saben que a cada uno de ustedes lo hemos tratado como un padre trata a sus hijos. Los animamos, los consolamos,

Y cuando la anunciamos, dijimos siempre la verdad: nuestras intenciones eran buenas y no tratamos de engañar a nadie.

y enviarles a Timoteo, nuestro querido amigo. Él colabora con nosotros y sirve a Dios anunciando la buena noticia de Cristo. Lo enviamos para que los animara y ayudara a confiar fuertemente en Jesucristo;

Queridos hermanos en Cristo, nosotros les hemos enseñado a vivir como a Dios le agrada, y en verdad lo están haciendo. Ahora les rogamos y los animamos de parte del Señor Jesús a que se esfuercen cada vez más por vivir así.

Así que, anímense los unos a los otros con esta enseñanza.

A esas personas les llamamos la atención y, con la autoridad que el Señor Jesucristo nos da, les ordenamos que trabajen para ganarse la vida, y que dejen de molestar a los demás.

Diles que no pierdan el tiempo estudiando historias falsas y las interminables listas de sus antepasados. Los que se interesan en esas cosas discuten por nada, y eso no los ayuda a conocer los planes de Dios. Esos planes sólo podemos conocerlos si confiamos en él.

Mientras llego a visitarte, sigue leyéndoles la Biblia a los miembros de la iglesia, y no dejes de animarlos ni de enseñarles.

Y los que tengan amos que también crean en Jesucristo no deben dejar de obedecerlos sólo porque ambos son cristianos. Al contrario, deben hacer bien su trabajo, y aún mejor, pues lo están haciendo para alguien a quien aprecian y que también confía en Dios. A los miembros de la iglesia y a sus líderes enséñales que deben obedecer lo que te voy a decir: Las falsas enseñanzas y el dinero

Quiero que anuncies el mensaje de Dios en todo momento. Insiste en anunciarlo, aunque no parezca ser el mejor momento. Muéstrale a la gente sus errores, corrígela y anímala; instrúyela con mucha paciencia.

No deberán creer ni enseñar otro mensaje que no sea el verdadero mensaje recibido de Dios. Así podrán animar a otros por medio de la buena enseñanza y convencer a los que se oponen a ella.

Enseña estas cosas con toda autoridad para animar y corregir a la gente. No des motivo para que te falten el respeto.

También diles a los jóvenes que aprendan a controlar sus malos deseos.

A los miembros de la iglesia que aún son esclavos, diles que obedezcan siempre a sus amos, y que sean amables y no discutan nada.

No dejemos de reunirnos, como hacen algunos. Al contrario, animémonos cada vez más a seguir confiando en Dios, y más aún cuando ya vemos que se acerca el día en que el Señor juzgará a todo el mundo.

Hermanos, les he escrito estas breves palabras para animarlos. Léanlas con paciencia.

Al contrario, mientras aún queda tiempo, cada uno debe animar al otro a seguir confiando. Así nadie pensará que al pecar hace el bien, ni dejará de obedecer a Dios.

Silvano me ha ayudado a escribirles esta breve carta. Yo lo considero un fiel seguidor de Cristo, y alguien en quien se puede confiar. Les he escrito para darles consejos y asegurarles que todo lo bueno que Dios les ha dado demuestra que él los ama mucho. ¡Nunca duden del amor de Dios!

Pero ustedes, queridos hermanos, sigan confiando siempre en Dios. Esa confianza es muy especial. Cuando oren, dejen que el Espíritu Santo les diga lo que deben decir.




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