Luego, vine yo, el Hijo del hombre, que como y bebo, y ustedes dicen que soy un glotón y un borracho; que soy amigo de gente de mala fama y de los que cobran impuestos para Roma.
dio gracias a Dios, lo partió en pedazos y dijo: 'Esto es mi cuerpo, que es entregado en favor de ustedes. Cuando coman de este pan, acuérdense de mí'.
Por eso, si una persona come del pan o bebe de la copa del Señor Jesucristo sin darle la debida importancia, peca en contra del cuerpo y de la sangre de Jesucristo.
En cambio, los que sí saben distinguir lo que es bueno y malo, y están acostumbrados a hacerlo, son como la gente adulta que ya puede comer alimentos sólidos.
Sobre todo, queridos hermanos, no juren ni por el cielo, ni por la tierra, ni por ninguna otra cosa. Cumplan más bien con su palabra. Cuando digan “sí”, que sea “sí”; y cuando digan “no”, que sea “no”. ¡No vaya a castigarlos Dios por no cumplir con su p