Ustedes no pueden beber de la copa en la Cena del Señor, y al mismo tiempo beber de la copa que se usa en las ceremonias donde se honra a los demonios. Tampoco pueden participar en la Cena del Señor y al mismo tiempo en las fiestas para los demonios.
Y el plan secreto es este: Por medio de Jesucristo, todos los que no son judíos también pueden recibir la salvación y las promesas dadas al pueblo de Israel, y formar con él un solo pueblo. Todo lo que tienen que hacer es aceptar esa buena noticia.
Cristo es quien va uniendo a cada miembro de la iglesia, según sus funciones, y hace que cada uno trabaje en armonía, para que la iglesia vaya creciendo y cobrando más fuerza por causa del amor. Una nueva vida
Esa gente no está unida a Cristo, que es quien gobierna la iglesia y quien le da más y más fuerzas. Cristo le da a la iglesia todo lo que necesita, y une a todos sus miembros de acuerdo con el plan de Dios. Vivir como Dios quiere
Por eso ya no importa si alguien es judío o no lo es, o si está circuncidado o no lo está. Tampoco tiene importancia si pertenece a un pueblo muy desarrollado o poco desarrollado, o si es esclavo o libre. Lo que importa es que Cristo lo es todo, y está en todos.