Y extenderé mi mano sobre Judá, y sobre todos los moradores de Jerusalén, y talaré de este lugar el remanente de Baal, y el nombre de sus religiosos con sus sacerdotes;
Y extenderé sobre Jerusalén el cordel de Samaria, y el plomo de la casa de Acab; y yo limpiaré a Jerusalén como se limpia un vaso, que después que lo han limpiado, lo vuelven sobre su faz.
Asimismo derribó el rey los altares que estaban sobre la techumbre de la sala de Acaz, que los reyes de Judá habían hecho, y los altares que había hecho Manasés en los dos atrios de la Casa del SEÑOR; y de allí corrió y arrojó el polvo en el arroyo de Cedrón.
Y derribaron delante de él los altares de los Baales, e hizo pedazos las imágenes del sol , que estaban puestas encima; y los bosques, y las esculturas e imagines de fundición, quebró y desmenuzó, y esparció el polvo sobre los sepulcros de los que habían sacrificado a ellos.
por tanto, he aquí yo extendí mi mano sobre ti, y te entregaré a los gentiles para ser saqueada; y yo te cortaré de entre los pueblos, y te destruiré de entre las tierras; te raeré; y sabrás que yo soy el SEÑOR.
Y extenderé mi mano sobre ellos, y tornaré la tierra asolada y espantosa, más que el desierto de Diblat, en todas sus habitaciones; y sabrán que yo soy el SEÑOR.
Por las becerras de Bet-avén serán atemorizados los moradores de Samaria; porque su pueblo lamentará a causa del becerro, y sus sacerdotes que en él se regocijaban por su gloria, la cual será disipada.
Terrible será el SEÑOR contra ellos, porque enervará a todos los dioses de la tierra; y cada uno desde su lugar se inclinarán a él, todas las islas de los gentiles.