a la tarde del día, ya que oscurecía; en la oscuridad y tiniebla de la noche.
Aconteció que entró él un día en casa para hacer su oficio, y no había nadie de los de casa allí en casa.
y habéis de guardarlo hasta el día catorce de este mes; y lo inmolará toda la asamblea de la congregación del pueblo de Israel entre las dos tardes.
Y he aquí, una mujer que le sale al encuentro con atavío de ramera, guardada de corazón,
Y no tengáis comunión con las obras infructuosas de las tinieblas; sino antes bien impugnadlas.