si no pesares el camino de vida, sus caminos son inestables; no los conocerás.
Consideré mis caminos, y torné mis pies a tus testimonios.
Me harás saber la senda de la vida; plenitud de alegrías hay con tu rostro; deleites en tu diestra para siempre.
Como la justicia es para vida, así el que sigue el mal es para su muerte.
Todos los que a ella entraren, no volverán, ni tomarán las veredas de la vida.
Tal es el rastro de la mujer adúltera, come, y limpia su boca, y dice: No he hecho maldad.
Pesa la vereda de tus pies, y todos tus caminos sean ordenados.
Pues que los caminos del hombre están ante los ojos del SEÑOR, ¡y él pesa todas sus veredas!
La mujer loca, alborotadora, simple e ignorante;
teniendo los ojos llenos de adulterio, y no saben cesar de pecar; cebando las almas inconstantes; teniendo el corazón ejercitado en codicias, siendo hijos de maldición;