El que ama el castigo ama la sabiduría; mas el que aborrece la reprensión, es carnal.
Hazme entender el camino de tus mandamientos, y meditaré de tus maravillas.
Que me hiera el justo con misericordia, y que me reprenda; y halago de príncipe inicuo no unte mi cabeza; porque aun mi oración será contra sus males.
No seáis como el caballo, o como el mulo, sin entendimiento; con cabestro y con freno su boca ha de ser sujetada, porque si no, no lleguen a ti.
¡Aborreciendo tú el castigo, y echando detrás de ti mis palabras!
El hombre necio no sabe, y el loco no entiende esto:
El sabio de corazón recibirá los mandamientos; mas el que habla locuras caerá.
Ciertamente el justo será recompensado en la tierra; ¡cuánto más el impío y el pecador!
El bueno alcanzará favor del SEÑOR; mas él condenará al hombre de malos pensamientos.
El castigo es molesto al que deja el camino; mas el que aborreciere la corrección, morirá.
Segun su antojo busca el que se desvía; en toda doctrina se envolverá.
Ciertamente más rudo soy yo que ninguno, ni tengo entendimiento de hombre.
Yo amo a los que me aman; y los que me buscan me hallan.
Ahora, pues, hijos, oídme; y bienaventurados los que guardaren mis caminos.
Mas el que peca contra mí, defrauda su alma; todos los que me aborrecen, aman la muerte.
El buey conoce a su dueño, y el asno el pesebre de sus señores; Israel no conoce, mi pueblo no tiene entendimiento.
y el sacerdote mirará, y si pareciere hinchazón blanca en la piel, el cual haya vuelto el pelo blanco, y se descubre asimismo la carne viva en la hinchazón,
y con todo engaño de iniquidad obrando en los que perecen; por cuanto no recibieron la caridad de la verdad para ser salvos.