El que guiña el ojo acarrea tristeza; y el que habla locuras caerá.
¿Por qué te enajena tu corazón, y por qué guiñan tus ojos,
No se alegren de mí mis enemigos sin por qué; ni los que me aborrecen sin causa guiñen el ojo.
Los sabios guardan la sabiduría; mas la boca del loco es calamidad cercana.
El sabio de corazón recibirá los mandamientos; mas el que habla locuras caerá.
cierra sus ojos para pensar perversidades; mueve sus labios, efectúa el mal.
La muerte y la vida están en poder de la lengua; y el que la ama comerá de sus frutos.
guiña con sus ojos, habla con sus pies, enseña con sus dedos;
Por esta causa, si yo fuere, daré a entender las obras que hace, hablando con palabras maliciosas contra nosotros; y no contento con estas cosas, no recibe a los Hermanos, y prohibe a los que los quieren recibir, y los echa de la Iglesia.