Y vino uno que escapó, y lo denunció a Abram el hebreo, que habitaba en el alcornocal de Mamre amorreo, hermano de Escol y hermano de Aner, los cuales estaban confederados con Abram.
Mas acontecerá que después que el Señor hubiere acabado toda su obra en el Monte de Sion, y en Jerusalén, visitaré sobre el fruto de la soberbia del corazón del rey de Asiria, y sobre la gloria de la altivez de sus ojos.
Y dijo: ¿Sabes por qué he venido a ti? Porque luego tengo que volver para pelear con el príncipe de Persia; y al salir yo, luego viene el príncipe de Grecia.
Porque vendrán contra él naves de Quitim, y él se contristará, y se volverá, y se enojará contra el santo pacto, y hará; se volverá pues, y pensará en los que habrán desamparado el santo pacto.
Entonces fue también desmenuzado el hierro, el barro cocido, el bronce, la plata y el oro, y se tornaron como tamo de las eras del verano; y los levantó el viento, y nunca más se les halló lugar. Mas la piedra que hirió a la imagen, fue hecha un gran monte, que llenó toda la tierra.
De la manera que viste que del monte fue cortada una piedra, que no con manos, desmenuzó al hierro, al bronce, al tiesto, a la plata, y al oro; el Dios grande mostró al rey lo que ha de acontecer en lo por venir: y el sueño es verdadero, y fiel su declaración.