Todo anatema en Israel será tuyo.
El presente, y el sacrificio por la expiación, y por el pecado, comerán; y toda cosa dedicada a Dios en Israel, será de ellos.
Y habló el SEÑOR a Moisés, diciendo:
sino que cuando saliere en el jubileo, la tierra será santa al SEÑOR, como tierra de anatema; la posesión de ella será del sacerdote.
Pero ningún anatema, que alguno santificare al SEÑOR de todo lo que tuviere, de hombres y animales, y de las tierras de su posesión, no se venderá, ni se redimirá. Todo anatema será cosa santísima al SEÑOR.