Pilato entonces le dice: ¿No oyes cuántas cosas testifican contra ti?
Y levantándose el sumo sacerdote, le dijo: ¿No respondes nada? ¿Qué testifican éstos contra ti?
Y siendo acusado por los príncipes de los sacerdotes, y por los ancianos, nada respondió.
Y no le respondió ni una palabra; de tal manera que el gobernador se maravillaba mucho.
Pilato respondió: ¿Soy yo judío? Tu nación, y los sumo sacerdotes, te han entregado a mí; ¿qué has hecho?
Mandó el tribuno que le llevasen a la fortaleza, y ordenó que fuese examinado con azotes, para saber por qué causa clamaban así contra él.