Porque temor le había rodeado, y a todos los que estaban con él, de la presa de los peces que habían tomado;
Le hiciste señorear de las obras de tus manos; todo lo pusiste debajo de sus pies:
las aves de los cielos, y los peces del mar; lo que pasa por los caminos del mar.
Porque no sabía lo que hablaba; ya que estaba fuera de sí.
Y todos los que oyeron, se maravillaron de lo que los pastores les decían.
Y estaban fuera de sí de su doctrina, porque su palabra era con potestad.
Y hubo espanto en todos, y hablaban unos a otros, diciendo: ¿Qué palabra es ésta, que con autoridad y potencia manda a los espíritus inmundos, y salen?
y asimismo a Jacobo y a Juan, hijos de Zebedeo, que eran compañeros de Simón. Y Jesús dijo a Simón: No temas; desde ahora tomarás hombres.
Lo cual viendo Simón Pedro, se derribó de rodillas a Jesús, diciendo: Apártate de mí, Señor, porque soy hombre pecador.