Y entrando, no hallaron el cuerpo del Señor Jesús.
Y viniendo sus discípulos del otro lado del lago , se habían olvidado de tomar pan.
Y hallaron la piedra revuelta de la puerta del sepulcro.
y no hallando su cuerpo, vinieron diciendo que también habían visto visión de ángeles, los cuales dijeron que él vive.
Y cuando el Señor la vio, se compadeció de ella, y le dijo: No llores.
Conviene, pues, que de estos hombres que han estado juntos con nosotros todo el tiempo en que el Señor Jesús entró y salió entre nosotros,