Entonces Jesús le dijo: Judas, ¿con beso entregas al Hijo del hombre?
Ablandan más que manteca su boca, pero guerra hay en su corazón; enternecen sus palabras más que el aceite, mas ellos son cuchillos.
Fieles son las heridas del que ama; pero importunos los besos del que aborrece.
Estando él aún hablando, he aquí una multitud; y el que se llamaba Judas, uno de los doce, iba delante de ellos; y llegó a Jesús para besarlo.
Y viendo los que estaban con él lo que había de acontecer, le dijeron: Señor, ¿heriremos a cuchillo?