Y José y su madre estaban maravillados de las cosas que se decían de él.
He aquí, yo y los hijos que me dió el SEÑOR, somos por señales y prodigios en Israel, de parte del SEÑOR de los ejércitos, que mora en el Monte de Sion.
Y estando él aún hablando a la multitud, he aquí su madre y sus hermanos estaban fuera, que le querían hablar.
Y oyéndolo Jesús, se maravilló, y dijo a los que le seguían: De cierto os digo, que ni aun en Israel he hallado tanta fe.
Y todos los que oyeron, se maravillaron de lo que los pastores les decían.
Y cuando le vieron, se sorprendieron; y le dijo su madre: Hijo, ¿por qué nos has hecho así? He aquí, tu padre y yo te hemos buscado con dolor.
Y no pudieron reprender sus palabras delante del pueblo; antes maravillados de su respuesta, callaron.
Y todos estaban fuera de sí de la grandeza de Dios. Y maravillándose todos de todas las cosas que hacía, dijo a sus discípulos: