Mas María guardaba todas estas cosas, meditándolas en su corazón.
Y sus hermanos le tenían envidia, mas su padre miraba el asunto.
En mi corazón he guardado tus dichos, para no pecar contra ti.
Y él me enseñaba, y me decía: Sustente tu corazón mis razones, guarda mis mandamientos, y vivirás.
Hasta aquí fue el fin de la palabra. Yo Daniel, mucho me turbaron mis pensamientos, y mi rostro se me mudó; mas la palabra la guardé en mi corazón.
¿Quién es sabio para que entienda esto, y prudente para que lo sepa? Porque los caminos del SEÑOR son derechos, y los justos andarán por ellos; mas los rebeldes en ellos caerán.
Y todos los que las oían, las conservaban en su corazón, diciendo: ¿Quién será este niño? Y la mano del Señor estaba con él.
Y todos los que oyeron, se maravillaron de lo que los pastores les decían.
Y descendió con ellos, y vino a Nazaret, y estaba sujeto a ellos. Y su madre guardaba todas estas cosas en su corazón.
Y David puso en su corazón estas palabras, y tuvo gran temor de Aquis rey de Gat.