vendrá el señor de aquel siervo el día que él no espera, y a la hora que él no sabe, y le apartará, y pondrá su parte con los infieles.
Esta es la parte que Dios apareja al hombre impío, y la heredad que Dios le señala por su palabra.
El SEÑOR prueba al justo; pero al malo y al que ama la rapiña, su alma aborrece.
Porque los malignos serán talados, mas los que esperan al SEÑOR, ellos heredarán la tierra.
Porque no dejará el SEÑOR su pueblo, ni desamparará a su heredad;
vendrá el señor de aquel siervo en el día que no espera, y a la hora que no sabe,
y le cortará por medio, y pondrá su parte con los hipócritas; allí será el lloro y el crujir de dientes.
Vosotros pues también, estad apercibidos; porque a la hora que no pensáis, el Hijo del hombre vendrá.
Mas si el tal siervo dijere en su corazón: Mi señor tarda en venir; y comenzare a herir a los siervos y a las criadas, y a comer y a beber y a embriagarse;
Porque el siervo que entendió la voluntad de su señor, y no se apercibió, ni hizo conforme a su voluntad, será azotado mucho.
He aquí, yo vengo como ladrón: Bienaventurado el que vela, y guarda sus vestiduras, para que no ande desnudo, y vean su fealdad.