porque el Espíritu Santo os enseñará en la misma hora lo que será necesario decir.
Y el SEÑOR le respondió: ¿Quién dio la boca al hombre? ¿O quién hizo al mudo y al sordo, al que ve y al ciego? ¿No soy yo el SEÑOR?
Ahora pues, ve, que yo seré en tu boca, y te enseñaré lo que hayas de hablar.
Mas cuando os entregaren, no os apuréis por cómo o qué hablaréis; porque en aquella hora os será dado qué habéis de hablar.
Porque no sois vosotros los que habláis, sino el Espíritu de vuestro Padre que habla en vosotros.
Y le dijo uno de la multitud: Maestro, di a mi hermano que parta conmigo la herencia.
porque yo os daré boca y sabiduría, a la cual no podrán resistir ni contradecir todos los que se os opondrán.
Entonces Pedro, lleno del Espíritu Santo, les dijo: Príncipes del pueblo, y ancianos de Israel:
Mas no podían resistir a la sabiduría y al Espíritu que hablaba.
Más él, estando lleno del Espíritu Santo, puestos los ojos en el cielo, vio la gloria de Dios, y a Jesus que estaba a la diestra de Dios,