Y otro día al partir, sacó dos denarios, y los dio al huésped, y le dijo: Cúralo; y todo lo que gastares de más, cuando yo vuelva te lo pagaré.
Al SEÑOR presta el que da al pobre, y él le dará su paga.
Y saliendo aquel siervo, halló a uno de sus consiervos, que le debía cien denarios; y asiendo de él, le ahogaba, diciendo: Págame lo que me debes.
Y habiéndose concertado con los obreros en un denario al día, los envió a su viña.
y llegándose, vendó sus heridas, echándoles aceite y vino; y poniéndole sobre su cabalgadura, le llevó a un mesón, y lo curó.
¿Quién, pues, de estos tres te parece que fue el prójimo de aquel que cayó entre ladrones?
Mas cuando hagas banquete, llama a los pobres, los mancos, los cojos, los ciegos;
Os saluda Gayo, mi huésped, y de toda la Iglesia. Os saluda Erasto, tesorero de la ciudad, y el hermano Cuarto.