que guardo la misericordia en millares, que suelto la iniquidad, la rebelión, y el pecado, y que de ningún modo absolveré al malvado ; que visito la iniquidad de los padres sobre los hijos y sobre los hijos de los hijos, hasta la tercera y cuarta generación.
Venid luego, dirá el SEÑOR, y estemos a cuenta: si vuestros pecados fueren como la grana, como la nieve serán emblanquecidos; si fueren rojos como el carmesí, serán tornados como la lana.
Y cuando alguna persona ofreciere ofrenda de presente al SEÑOR, su ofrenda será flor de harina, sobre la cual echará aceite, y pondrá sobre ella incienso,
Y le quitará todo su sebo, de la manera que fue quitado el sebo del sacrificio de la paz; y hará perfume el sacerdote sobre el altar en olor muy aceptable al SEÑOR; y así lo reconciliará el sacerdote en expiación por él, y tendrá perdón.
Y así lo reconciliará el sacerdote en expiación por él de su pecado que cometió en alguna de estas cosas, y tendrá perdón; y el sobrante será del sacerdote, como el presente.
Traerá, pues, al sacerdote por expiación, según tú lo estimes, un carnero sin tacha de los rebaños; y el sacerdote lo reconciliará de su yerro que cometió por ignorancia, y tendrá perdón.
¿Qué Dios como tú, que perdonas la maldad, y que pasas por la rebelión con el remanente de su heredad? No retuvo para siempre su enojo, porque es amador de misericordia.
mas si andamos en luz, como él está en luz, tenemos comunión con él, entre nosotros, y la sangre de Jesús, el Cristo, su Hijo nos limpia de todo pecado.