Pero no entrará del velo adentro, ni se acercará al altar, por cuanto hay falta en él; y no ensuciará mi santuario, porque yo el SEÑOR soy el que los santifico.
Acuérdate de ellos, Dios mío, contra los que contaminan el sacerdocio, y el pacto del sacerdocio y de los levitas.
Así apartaréis los hijos de Israel de sus inmundicias, y no morirán por sus inmundicias ensuciando mi tabernáculo, que está entre ellos.
Habla a toda la congregación de los hijos de Israel, y diles: Santos seréis, porque santo soy yo el SEÑOR vuestro Dios.
Santificaos, pues, y sed santos, porque yo soy el SEÑOR vuestro Dios.
Ni saldrá del santuario, ni ensuciará el santuario de su Dios; porque la corona del aceite de la unción de su Dios está sobre él. Yo soy el SEÑOR.
El pan de su Dios, de lo santísimo y de las cosas santificadas, comerá.
Y Moisés habló esto a Aarón, y a sus hijos, y a todos los hijos de Israel.
Santos serán a su Dios, y no ensuciarán el nombre de su Dios; porque los fuegos del SEÑOR, el pan de su Dios ofrecen; por tanto serán santos.
ni les harán llevar la iniquidad del pecado, comiendo las santificaciones de ellos. Porque yo el SEÑOR soy el que los santifico.
¡Insensatos y ciegos! Porque ¿cuál es mayor, el oro, o el Templo que santifica al oro?