Porque subían ellos y sus ganados, y venían con sus tiendas en grande multitud como langostas, que no había número en ellos ni en sus camellos; así venían a la tierra destruyéndola.
Y serán sus camellos por presa, y la multitud de sus ganados por despojo; y los esparciré por todos los vientos, echados hasta el postrer rincón; y de todos sus lados les traeré su ruina, dijo el SEÑOR.
Y Madián, y Amalec, y todos los orientales, estaban tendidos en el valle como langostas en muchedumbre, y sus camellos eran innumerables, como la arena que está a la ribera del mar en multitud.
Y Zeba y Zalmuna estaban en Carcor, y con ellos su ejército como de quince mil hombres , todos los que habían quedado de todo el ejército de los orientales; y los muertos habían sido ciento veinte mil hombres que sacaban espada.
Entonces dijeron Zeba y Zalmuna: Levántate tú, y mátanos; porque como es el varón, tal es su valentía. Y Gedeón se levantó, y mató a Zeba y a Zalmuna; y tomó las planchas que sus camellos traían al cuello.
Y los hirió David desde aquella madrugada hasta la tarde del día; y no escapó de ellos ninguno, sino cuatrocientos jóvenes, que habían subido en camellos y huyeron.