Entonces los hijos de Israel se fueron también de allí, cada uno a su tribu y a su familia, saliendo de allí cada uno a su heredad.
Y a la puesta del sol salió un pregón por el campo, diciendo: ¡Cada uno a su ciudad, y cada cual a su tierra!
Y los hijos de Benjamín lo hicieron así; y tomaron mujeres conforme a su número, arrebatando de las que danzaban; y yéndose luego , se volvieron a su heredad, y reedificaron las ciudades, y habitaron en ellas.
En estos días no había rey en Israel: cada uno hacía lo que le parecía recto delante de sus ojos.