Desde el siglo no fue oído, que abriese alguno los ojos de uno que nació ciego.
¿No sabes esto que fue siempre, desde el tiempo que fue puesto el hombre sobre la tierra,
Ni nunca oyeron, ni oídos percibieron; ni ojo ha visto Dios fuera de ti, que hiciese otro tanto por el que en él espera.
como habló por boca de los santos que fueron desde el principio, sus profetas:
Decían otros: Estas palabras no son de endemoniado; ¿puede un demonio abrir los ojos de los ciegos?
Y sabemos que Dios no oye a los pecadores; mas si alguno es temeroso de Dios, y hace su voluntad, a éste oye.
Si éste no fuera venido de Dios, no pudiera hacer nada.
Entonces fueron hechos relámpagos y voces y truenos; y hubo un gran temblor de tierra, un terremoto tan grande, cual no fue jamás desde que los hombres han estado sobre la tierra.