Y como perseverasen preguntándole, se enderezó, y les dijo: El que de vosotros esté sin pecado, sea el primero en arrojar la piedra contra ella.
Hay quienes hablan como dando estocadas de espada; mas la lengua de los sabios es medicina.
¿Por ventura mi palabra no es como el fuego, dice el SEÑOR, y como martillo que quebranta la piedra?
Los servidores respondieron: Nunca ha hablado nadie así como este hombre.
Y enderezándose Jesús, y no viendo a nadie más que a la mujer, le dijo: ¿Mujer, dónde están los que te acusaban? ¿Ninguno te ha condenado?
Y volviéndose a inclinar hacia abajo, escribía en tierra.
Sea vuestra palabra siempre con gracia, sazonada con sal; para que sepáis cómo os conviene responder a cada uno.
Y tenía en su diestra siete estrellas; y de su boca salía una espada aguda de dos filos. Y su rostro era como el sol cuando resplandece en su fuerza.
Y de su boca sale una espada aguda, para herir con ella los gentiles; y él los regirá con vara de hierro; y él pisa el lagar del vino del furor, y de la ira del Dios Todopoderoso.
Arrepiéntete, porque de otra manera vendré a ti presto, y pelearé contra ellos con la espada de mi boca.