Y el siervo no permanece en casa para siempre; mas el hijo permanece para siempre.
Por tanto dijo a Abraham: Echa a esta sierva y a su hijo; que el hijo de esta sierva no ha de heredar con mi hijo, con Isaac.
Mas si de su heredad diere don a alguno de sus siervos, será de él hasta el año de libertad, y volverá al príncipe; mas su herencia será de sus hijos.
El entonces le dijo: Hijo, tú siempre estás conmigo, y todas mis cosas son tuyas.
Porque muertos sois, y vuestra vida está escondida con el Cristo en Dios.
mas éste, por cuanto permanece para siempre, tiene el sacerdocio intransferible;