Y muchos de sus discípulos oyéndolo, dijeron: Dura es esta palabra; ¿quién la puede oír?
Y bienaventurado es el que no fuere escandalizado en mí.
Y fue también llamado Jesús y sus discípulos a las bodas.
De cierto, de cierto os digo: Vendrá hora, y ahora es, cuando los muertos oirán la voz del Hijo de Dios; y los que oyeren vivirán.
Entonces los judíos contendían entre sí, diciendo: ¿Cómo puede éste darnos su carne a comer?
Mas hay algunos de vosotros que no creen. Porque Jesús desde el principio sabía quiénes eran los que no creían, y quién le había de entregar.
Después de esto, muchos de sus discípulos volvieron atrás, y ya no andaban con él.
Y le dijeron sus hermanos: Pásate de aquí, y vete a Judea, para que tus discípulos también vean las obras que haces.
Y decía Jesús a los judíos que le habían creído: Si vosotros permaneciéreis en mi palabra, seréis verdaderamente mis discípulos;
¿Por qué no reconocéis mi lenguaje? Porque no podéis oír mi palabra.
Del cual tenemos mucho que decir, y difícil de declarar, por cuanto sois tardos para oír.
casi en todas sus epístolas, hablando en ellas de estas cosas; entre las cuales hay algunas difíciles de entender, las cuales los indoctos e inconstantes tuercen, como también las otras Escrituras, para perdición de sí mismos.