Y decían a la mujer: Ya no creemos por tu dicho; porque nosotros mismos hemos oído, y sabemos que verdaderamente éste es el Salvador del mundo, el Cristo.
Porque ciertamente Dios estaba en Cristo reconciliando el mundo a sí mismo , no imputándoles sus pecados, y puso en nosotros la palabra de la Reconciliación.
Que por esto aún trabajamos y sufrimos oprobios, porque esperamos en el Dios viviente, el cual es Salvador de todos los hombres, y mayormente de los fieles.
Pero sabemos que el Hijo de Dios es venido, y nos ha dado entendimiento; para conocer al que es verdadero; y estamos en el verdadero, en su Hijo Jesús, el Cristo. Este es el verdadero Dios, y la vida eterna.