Porque todo aquel que hace lo malo, aborrece a la luz y no viene a la luz, para que sus obras no sean redargüidas.
Tomó luego la sartén, y las sacó delante de él; mas él no quiso comer. Y dijo Amnón: Echad fuera de aquí a todos. Y todos se salieron de allí.
Y el rey de Israel respondió a Josafat: Aun hay un varón por el cual podríamos consultar al SEÑOR, Micaías, hijo de Imla; mas yo le aborrezco porque nunca me profetiza bien, sino solamente mal. Y Josafat dijo: No hable el rey así.
Y se levantó a medianoche, y tomó a mi hijo de junto a mí, estando yo tu sierva durmiendo, y lo puso a su lado, y me puso a mi lado su hijo muerto.
¡Aborreciendo tú el castigo, y echando detrás de ti mis palabras!
por cuanto aborrecieron el conocimiento, y no escogieron el temor del SEÑOR,
El burlador no ama al que le corrige; ni se allega a los sabios.
cierra sus ojos para pensar perversidades; mueve sus labios, efectúa el mal.
que dejan las veredas derechas, por andar por caminos tenebrosos;
Mas la vereda de los justos es como la luz del lucero, que va en aumento hasta que el día es perfecto.
y digas: ¡Cómo aborrecí el castigo, y mi corazón menospreció la reprensión;
Tu morada es en medio de engaño; de muy engañadores no quisieron conocerme, dice el SEÑOR.
Y respondiendo uno de los doctores de la ley, le dice: Maestro, cuando dices esto, también nos afrentas a nosotros.
Mas el que obra verdad, viene a la luz, para que sus obras sean manifestadas que son hechas en Dios.
No puede el mundo aborreceros a vosotros; mas a mí me aborrece, porque yo doy testimonio de él, que sus obras son malas.