Le dice Jesús: Porque me has visto, oh Tomás, creíste: bienaventurados los que no vieron y creyeron.
Mas bienaventurados vuestros ojos, porque ven; y vuestros oídos, porque oyen.
Y bienaventurada la que creyó, porque se cumplirán las cosas que le fueron dichas de parte del Señor.
Entonces Tomás respondió, y le dijo: ¡Señor mío, y Dios mío!
Y entonces entró también el otro discípulo, que había venido primero al monumento, y vio, y creyó.
Entonces Jesús le dijo: Si no viereis señales y milagros no creeréis.
(porque por fe andamos, no por vista);
Es pues la fe, la sustancia de las cosas que se esperan, la demostración de las cosas que no se ven.
Por la fe, dejó a Egipto no temiendo la ira del rey; porque como aquel que ve al Invisible se esforzó.
Y todos éstos, aprobados por testimonio de la fe, no recibieron la promesa,
al cual, no habiendo visto, le amáis; en el cual creyendo, aunque al presente no lo veáis, os alegráis con gozo inefable y glorificado;