Y estaban en pie los siervos y los ministros que habían allegado las ascuas; porque hacía frío, y se calentaban; y estaba también con ellos Pedro en pie, calentándose.
En su secreto no entre mi alma, ni mi honra se junte en su compañía; que en su furor mataron varón, y en su voluntad arrancaron muro.
Y allí se metió en una cueva, donde pasó la noche. Y vino a él palabra del SEÑOR, el cual le dijo: ¿Qué haces aquí, Elías?
Bienaventurado el varón que no anduvo en consejo de malos, ni estuvo en camino de pecadores, ni se sentó en silla de burladores;
El que anda con los sabios, sabio será; mas el que se allega a los locos, será destruido.
Pero Pedro le siguió de lejos hasta dentro del patio del sumo sacerdote; y estaba sentado con los servidores, y calentándose al fuego.
y cuando vio a Pedro que se calentaba, mirándole, dice: Y tú con Jesús el Nazareno estabas.
Y estando en agonía, oraba más intensamente; y fue su sudor como gotas de sangre que caían hasta la tierra.
Estaba pues Pedro en pie calentándose. Y le dijeron: ¿No eres tú de sus discípulos? El negó, y dijo: No soy.
Judas pues tomando una compañía de soldados, y ministros de los sumo sacerdotes y de los fariseos, vino allí con linternas y antorchas, y con armas.
Cuando descendieron a tierra, vieron ascuas puestas, y un pez encima de ellas, y pan.
Y sueltos, vinieron a los suyos, y contaron todo lo que los príncipes de los sacerdotes y los ancianos les habían dicho.
No erréis; los malos compañeros corrompen el buen carácter.