De pecado ciertamente, por cuanto no creen en mí;
El que creyere y fuere bautizado, será salvo; mas el que no creyere, será condenado.
Y cuando él viniere redargüirá al mundo de pecado, y de justicia, y de juicio.
Así que, yo sin la ley vivía por algún tiempo; mas venido el mandamiento, el pecado revivió, y yo morí;
habiendo sido antes blasfemo y perseguidor e injuriador; mas fui recibido a misericordia, porque lo hice con ignorancia en incredulidad.
Mirad, hermanos, que en ninguno de vosotros haya corazón malo de infidelidad para apartarse del Dios vivo;