Ya vosotros sois limpios por la palabra que os he hablado.
Le dice Jesús: El que está lavado, no necesita sino que se lave los pies, porque está todo limpio; y vosotros limpios sois, aunque no todos.
Todo pámpano que en mí no lleva fruto, lo quitará; y todo aquel que lleva fruto, lo limpiará, para que lleve más fruto.
Santifícalos en tu verdad; tu palabra es la Verdad.
Y por ellos yo me santifico a mí mismo, para que también ellos sean santificados en la verdad.
para santificarla limpiándola en el lavamiento del agua por la palabra,
Habiendo purificado vuestras almas en la obediencia de la verdad, por el Espíritu, en caridad hermanable sin fingimiento, amaos unos a otros entrañablemente de corazón puro,